miércoles, 13 de mayo de 2020

TROVADOR

Uno ochenta de estatura,
trigueña tengo la piel,
mis ojos son color miel
melena escasa y oscura.
Soy la típica figura
del poeta vagabundo.
Tengo un criterio profundo
para mirar cada tema,
en mí se vuelven poema
todas las cosas del mundo.

Soy el indio trovador
de sombrero y alpargata,
que dedica su cantata
a la vida y al amor.
El curtido payador
que sale cada mañana,
llevando bajo la ruana,
la dignidad, la nobleza,
el orgullo y la grandeza
de mi sangre americana.

Yo creo en la libertad
tal como crees tú también,
supongo que cada quien
tiene su propia verdad.
Puede que mi realidad,
para ti sea un desvarío.
Existe el libre albedrío,
cada cual conserva el suyo.
¿Qué tal si respeto el tuyo
y tú respetas el mío?


Soy un hombre provinciano
no presumo de abolengo,
los apellidos que tengo
los tiene cualquier fulano.
Mi corazón campirano
es tierra en donde germina,
la semilla cantarina
que alguien sembró con amor.
¡Soy la raíz, soy la flor
de una estirpe campesina!


Labriego de profesión,
cien por ciento, campesino,
he labrado mi destino
con machete y azadón.
Mi escuela de formación
fue de lo más ordinaria.
Yo no cursé la primaria
menos el bachillerato,
por eso todo lo trato
de manera agropecuaria.


Criado entre los cafetales
al arrullo de cigarras,
a son de tiple y guitarras
entre mirlas y turpiales.
Siete notas musicales:
do, re, mi, fa, sol, la, si,
muy niño las aprendí
del pico de un arrendajo,
que anidaba más abajo
del cerro en donde nací.


Crecí silvestre y salvaje
como el río y la montaña,
tuve la agreste maraña
como vestuario y ropaje.
Fue en un rústico paraje
donde el sol me vio nacer.
Y aunque gozo al recorrer
todo este mundo moderno,
allá -en mi fuero interno-
al campo quiero volver.


Explorando el universo
me pierdo en las nebulosas
buscando estrellas y rosas
que le den figura al verso.
Con bellas musas converso
sobre diferentes temas.
Voy cosechando fonemas
entre auroras que amanecen,
y con el sol aparecen,
como flores, mis poemas.

En las ramas del saber,
hay diversidad de frutos,
que inteligentes y brutos,
tienen derecho a "comer".
Hay mucho para escoger,
entre tendencias y modas.
Lo que aprendes lo acomodas
del modo más conveniente,
ya que afortunadamente:
nadie se las sabe todas.


Autor Alejandrino Calvo Sanguino.
(Aquiles Márquez Madera)

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