domingo, 10 de mayo de 2020

LA PATASOLA.




Según contaba el abuelo,
hace muchísimos años
unos seres muy extraños
habitaban este suelo.
Unos cubiertos de pelo,
otros, con forma de arbusto
pero lo cierto y lo justo
de acuerdo a las narraciones,
es que sus apariciones
producían mucho susto.

Dicen que del tiempo aquel,
poco o nada se escribía
y era que no se podía,
al no existir el papel.
Mi abuelo dijo que a él
se lo había relatado,
uno que había escuchado
historias de sus ancestros
y hasta los oídos nuestros
estos mitos han llegado.

En las tardes campesinas
después de cada jornada
se reunía la peonada
en patios y en cocinas.
Y a la luz de parafinas
o de rústicos hachones,
además de las canciones
a son de tiple y guitarra,
sorprendían a la barra
con temibles narraciones.

Les contaré de momento,
algo de La Patasola.
mi perro esconde la cola
siempre que cuento este cuento.
Cada quien tome su asiento
y escuche con atención
el que sepa una oración
debe ponerse a rezar,
este cuento ha hecho temblar
de miedo a más de un varón.

Bajo el romántico cielo
de nuestro viejo Tolima,
al abrigo de este clima
sobre nuestro fértil suelo,
se dió un drama de celo,
pasión, intriga y dolor.
Un caso conmovedor
estremeció estos valles
y aun se cuentan detalles
de esa tragedia de amor.

Hubo un joven muy apuesto
que era pobre pero honrado
al que un magnate hacendado
de vaquero le dio el puesto.
Con su salario modesto
vivía sin presunciones,
sus precarias condiciones
no le daban mucho nombre,
pero al hombre cuando es hombre
no le faltan tentaciones.

Una mañana de abril
en una hacienda vecina,
vio una linda campesina
que de manera sutil,
en su alma juvenil
hizo encender la pasión.
¡Una sublime ilusión,
que él no había sentido!
¡El flechazo de Cupido
perforó su corazón!


Envueltos por la pasión
los párvulos se casaron
y...


No hay comentarios:

Publicar un comentario