miércoles, 27 de mayo de 2020

TRIBUTO.

Como Sumo Sacerdote

de vuestra comunidad,
en esta oportunidad
no vengo a daros garrote.
Hoy, no caerá el azote
sobre el pueblo revoltoso.
Este día venturoso
quiero sacar un minuto,
para rendirle tributo
a un ser maravilloso.

Entonces justo y preciso
la santa Biblia me lleva,
hasta la famosa Eva
(aquella del Paraíso).
Sabéis que hizo y deshizo
que por su terrible error,
al mundo vino el dolor,
pero si manchó su nombre,
fue por revelarle al hombre
las delicias del amor.

Con agüita y con jabón
Betsabé tumba a David
y utilizando un ardid,
Dalila vende a Sansón.
Por su reina Salomón
se cayó de donde estaba.
Y Judit pérfida y brava,
con traguitos y "entrepiernes",
degüella al pobre Holofernes
mientras el bobo roncaba

En la Sagrada Escritura
tal como lo podéis ver,
hallamos que la mujer
ha sido genio y figura.
Al ritmo de su cintura
se forjaron sociedades.
En las distintas edades
ha quedado su memoria,
como parte de la historia
de pueblos y de ciudades.

Ella es el único ser
que siempre de cualquier modo,
termina influyendo en todo
lo que el hombre quiera hacer.
Cuando Dios iba a nacer
la mujer cual tierna flor,
abrió su cáliz de amor
y su corazón en pleno,
para acoger en su seno
al Divino Redentor.

¡Mostradme algo superior
que esté por encima de ella!
¡Una criatura más bella
o que inspire más amor!.
Ella, se enfrenta al dolor,
ganándole la partida.
Y en el lecho estremecida
su sonrisa de mujer,
saluda a un nuevo ser
que ha de perpetuar la vida.

Este domingo de marzo
con mi sencillo homenaje,
cualquier maltrato o ultraje
de alguna forma resarzo.
En décimas mi alma esparzo
tal como lo puedes ver.
A tus pies vine a poner
la flor de mi devoción,
mi alma, vida y corazón
¡DULCE Y SUBLIME MUJER!


Alejandrino Calvo Sanguino.
(Aquiles Márquez Madera)

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